Con el verano cada vez más cerca y unas temperaturas cada vez más altas es importante tomar precauciones para que nuestros animales no sufran durante esta época pero, antes de entrar en materia, ¿qué le parece si hacemos un par de pinceladas por conocer mejor las condiciones de nuestro peludo?
De entrada, la temperatura normal de un perro o un gato oscila entre los 38 y los 39º. Además ellos no pierden el calor con el sudor como nosotros, sino que tienen ciertas limitaciones debido a esta poca transpiración. Sus glándulas sudoríparas se encuentran en las almohadillas, fíjese bien si alguna vez dejan huellas.... ¡Esto quiere decir que quizás están sufriendo calor!
El grosor de la regulación corporal se hace a través de la lengua y el jadeo. Y tal vez se pregunte... ¿qué es el jadeo? Esto pone nombre a esta respiración acelerada que realizan cuando tienen calor. Cuando un perro jadea lo hace con la intención de refrescarse y bajar la temperatura corporal.
Tenemos determinadas situaciones y tipos de razas que son más vulnerables que otras a la hora de sufrir un golpe de calor. Por ejemplo las razas braquicéfalas, es decir, todos aquellos de nariz chato (carlista, pequinés, bulldog francés, bóxer) que tienen el tracto respiratorio más estrecho que el resto. También debemos tener especial cuidado con perros más jovencitos y los más seniors ya que su termoregulación no es tan eficiente, animales con sobrepeso que tienen mayor dificultad para respirar y todos aquellos que sufren algún problema respiratorio o cardíaco.
¿Cómo detectar si nuestro peludo está sufriendo calor?
Hay una serie de síntomas comunes en los que podemos fijarnos:
- Respiración acelerada prolongada.
- Salivación excesiva y babeo.
- Debilidad muscular, temblores, descoordinación, agotamiento.
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Diarrea y/o vómitos.
- Trufa seca.
¿Qué hacer para prevenir esta situación? Estos son nuestros consejos Sapiens:
- Evitar paseos durante las horas de mayor calor 12h-16h (sobre todo por asfalto).
- No realizar esfuerzo físico prolongado.
- Tener siempre agua fresca de forma accesible. Podemos complementar con alimentación húmeda para mantener una buena hidratación.
- Tener acceso a sombra y buena ventilación.
- Mojarlo en las zonas con poco pelo como las almohadillas, hocico, axilas, cuello, pecho y zona ingle para refrescarlos. Es importante que el agua no esté fría y no lo mojamos entero, sino podríamos provocar un efecto rebote y que pase de un exceso de calor a una hipotermia.
- Ofrecerle cubitos de hielo para que los lame y juegue.
- Nunca dejarlo dentro de un coche, aunque sea por pocos minutos. Debemos tener en cuenta que la temperatura del interior es siempre mucho más elevada y les privamos de tener una buena ventilación.
- No cortar el pelo a raso puesto que se podría quemar la piel. Debe tenerse en cuenta que el pelo es una capa protectora térmica natural y si los privamos de ella podemos causar problemas dermatológicos.
También es recomendable utilizar protector solar por zonas con poco pelo, sobre todo para aquellos con la piel clara o pelo blanco. Tenga en cuenta que debe ser un producto especial para perro o gato, y en ningún caso debe utilizarse un protector destinado a humanos porque el PH de la piel es diferente y llevan componentes, como el zinc, que son tóxicos para el animal.
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